Experiencia de cliente y judaísmo: similitudes y principios
Recientemente, estudiando y refrescando los principios claves del judaísmo, mi sorpresa ha sido enorme cuando he podido comprobar cómo coinciden en esencia con los principios clave de la experiencia de cliente (y de la esencia de los libros de management de grandes gurús, que judíos o no, parecen estar muy influenciados por los principios de esta religión).
En relación con la experiencia de cliente, hablamos todo el rato de generar y satisfacer las expectativas de cliente. Pues bien, para el judaísmo:
- Siempre se debe trabajar con ética.
- No se debe engañar jamás.
- Se debe trabajar la reputación.
- Se debe actuar siempre como si te estuvieran viendo.
- Se debe ser honesto en cuanto a la renta, de tal forma que clientes y proveedores, y los mejores hombres y mujeres empleables, querrán trabajar con nosotros.
En relación con el employee branding, sólo hay que ver cómo en el judaísmo es precepto mimar al empleado:
- Debe ser tratado con justicia.
- La clave más importante de la cultura judía está basada en el principio de tratarás a los demás como querrías que te trataran.
- Se debe ser generoso y promover la fidelidad de las personas.
- Hay que estimular el feedback, valorar la crítica y aprender de ella.
- La actitud de humildad ayuda a empatizar con los demás, evitando esa asimetría absurda que se produce a veces: mirar con altivez o superioridad a las personas hace que éstas tarde o temprano nos castiguen bajándonos del no merecido pedestal.
- La soberbia del dirigente, mata el negocio.
- Nunca se actúa de manera compulsiva, ni impulsiva, siempre hay que meditar la reacción, especialmente en los conflictos personales.
En relación con el emprendimiento, el judaísmo habla de dinero y modelos de trabajo:
- Se ve bien la prosperidad y ganar dinero no es malo, al contrario, es positivo. No es el fin, es el medio para lograr metas más elevadas en la vida, como garantizar el bienestar de la comunidad, empezando por la familia propia.
- Se debe investigar siempre sobre nuevas oportunidades de negocio.
- Se considera que cuando eres dueño de tu negocio, eres mas responsable de tu vida. Por el contrario, cuando trabajas para otro, contribuyes a enriquecerle. Trabajar para otros tiene que ser algo temporal hasta ser capaz de generar y engrandecer tu emprendimiento.
- Se promueve la diversificación, poseer bienes raíces, emprender negocios diversificando riesgos y , tener siempre dinero liquido por si hay sorpresas, se necesita liquidez o se presentan oportunidades de inversión.
- Hay que re-invertir lo que se gana, as no se tendrán deudas con quien financia.Tener deudas está mal visto, es una forma de esclavitud deber dinero.
- El trabajo debe ser duro, constante y se considera que tener errores es bueno, ya que de ellos se aprende. Es bueno aprender para volver a levantarse.
- Es necesario mantener una buena reputación y tener una sólida red de contactos, aunque no suficiente para el éxito empresarial.
- Hay que vivir siempre por debajo de las posibilidades. Gastar lo que sobre, tras vivir, y ahorrar mucho. La humildad está bien, la ostentación, mal. Saber huir de las tentaciones es una virtud. El ahorro está bien, pero no se trata de ahorrar por ahorrar, es ahorrar para poder emprender (ser avaro no es lo mismo que ser ahorrativo.
No debemos extrañarnos, pues, del éxito de los negocios emprendidos por personas de esta religión.
En relación con la cultura en sí misma, el judaísmo promueve el conocimiento, la formación y la educación:
- Siempre hay que aprender y ve negativamente la vagancia, el hecho de perder el tiempo o hacer cosas que no aporten valor: o se trabaja o se descansa.
- Por supuesto, el tiempo ocioso es necesario para tomar fuerza y dar lo mejor de cada uno en el negocio. Sobe todo, si se disfruta en compañía.
Todas estas prácticas de la cultura judía me han resultado, casi, un compendio de buenas prácticas de atención al cliente. Cuando analizo lo que hacen empresas líderes como Apple y otras, veo una muy fiel representación de los preceptos aquí descritos.
Se sea agnóstico, creyente o totalmente descreído de lo religioso o ateo, es de rigor reconocer que los principios judíos de gestión son una fuente de aprendizaje en cuanto a trato al cliente y modos de gestión.